Toda historia tiene un principio y esta empezó el año pasado cuando mi novia me pidió unos señuelos para llevar a la guardería donde trabaja, yo le pregunte para que los quería y ella me respondió que tenían unos días que dedicaban a los oficios, entre ellos la pesca y sus variantes.
Como no es muy fácil mostrar las técnicas de pesca en una guardería, le pareció una buena idea coger mis señuelos y que los niños jugaran con ellos en una especie de bañera y que también los pescaran con una red.
Cuando mi novia volvió del trabajo venia alucinando, decía que los niños se lo pasaron genial con los señuelos y este año ha querido repetir la misma experiencia con los niños de este año.
Estas son unas fotos de la experiencia.
Que bueno, esto si que es ampliar la utilidad de los señuelos y además creamos afición enhorabuena por la idea
ResponderEliminar